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El enemigo invisible en espacios cerrados

Las fragancias liberan compuestos orgánicos volátiles

Detrás de los olores suaves y deliciosos (fragancia), se pueden esconder sustancias químicas que pueden afectar la salud de las personas.

Cada día es más común que se perfumen los productos de uso cotidiano. De hecho, hay personas que no salen a la calle sin estar perfumados. Los productos cosméticos en general suelen añadir alguna esencia. Los productos de limpieza del hogar y para lavar la ropa vienen con aromas muy agradables. Hasta las toallas sanitarias y pañales de bebé contienen sustancias químicas olorosas como se ha señalado en textos anteriores.

En esta ocasión se quiere puntualizar que la utilización de perfumes en lugares cerrados, o áreas abiertas sin corrientes de aire, puede provocar reacciones alérgicas en un tiempo relativamente breve (25 minutos).

Los dolores de cabeza y las migrañas, muchas veces están asociados a la reacción del cuerpo ante sustancias que se han absorbido por la piel o bien que se ha inhalado por la nariz.

De aquí que se reitera, y se hace un llamado a la prudencia, para que se tome en cuenta que los perfumes, y fragancias en general, en lugares cerrados están directamente asociados a problemas respiratorios y neurológicos.

Esto se debe a que las fragancias liberan compuestos orgánicos volátiles que pueden acumularse en espacios cerrados. De ahí que, es esperable que haya irritación en ojos, nariz y garganta. Ante altas concentraciones, también aparecen tos y dificultades respiratorias. Todos estos síntomas pueden ocurrir en personas aparentemente sanas. Los que sufren de asma o son más sensibles podrían presentar síntomas más graves.

Quizás, lo más llamativo en este tema es que, se debe ser consciente de que la exposición por tiempo prolongado, años; o bien, por pocos días cuando una mujer está en estado de gestación puede provocar daños graves a la salud debido a los disruptores endocrinos.

Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que son capaces de alterar las reacciones químicas que hacen posible la vida (metabolismos). Esto significa que son capaces de afectar las funciones del ADN en el cuerpo.

El párrafo anterior significa que este tipo de sustancias que está contenida en muchos perfumes (fragancias) se ha vinculado directamente con la resistencia a la insulina (ojo los diabéticos), problemas reproductivos en hombres y mujeres, y también, con el desarrollo neurológico de los niños.

De aquí que las mujeres embarazadas deben evitar, no sólo en los tres primeros meses, sino durante todo su embarazo; exponerse a olores fuertes de cualquier tipo sean agradables o no. Ya que hay sustancias que pueden dañar su embrión o el desarrollo del cerebro del feto. Esto es lo que explica por qué un niño padece trastornos que no le permiten aprender con normalidad, o bien, comportarse como los otros niños. En un texto anterior se llegó a asociar el autismo con lo que se está señalando en este párrafo.

En síntesis, estas líneas no pretenden meter miedo. Sí se quiere, que se sea consciente de que, en la composición química de un perfume, y detrás de todos estos olores agradables que se utilizan para mejorar las ventas de un producto, puede haber sustancias que son nocivas para la salud.

Por tanto, hay que utilizar los perfumes con prudencia. Una persona perfumada en un lugar cerrado pone en riesgo su salud y las de todos los que le acompañan.

El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com

POR HUMBERTO CONTRERAS VIDAL

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