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Importancia del ecosistema marino para las costas dominicanas

Nuestras costas son consideradas por millones de visitantes como las más hermosas de la región y es que el turismo de nuestro país, en gran parte, depende de costas limpias, aguas cristalinas y arenas blancas, condiciones que son tomadas en consideración por los turistas al elegir su próximo destino.

El uso de los recursos naturales para satisfacer esta demanda ha causado un deterioró abrupto de los ecosistemas costeros y marinos, hasta el punto de usar y desechar las áreas hábiles para desarrollo hasta agotarlas, queriendo aprovechar ahora espacios que fueran una vez preservados para la protección ahora espacios que fueran una vez preservados para la protección y para bienestar de nuestro futuro como isla.

Esto se conoce comúnmente como uso o manejo no sostenible de los recursos naturales. Las evidencias de esta tendencia de desarrollo no sostenible son fácilmente observables.

  • Vegetación costera para  el paisajismo.
  • Modificación de las dunas para realización de actividades deportivas.
  • Extracción de arena de playas vírgenes.
  • Sobre pesca para cumplir con una demanda siempre creciente de mariscos.
  • Descargas de aguas tratadas o no provenientes del alcantarillado.
  • Descargas de desperdicios sólidos por las escorrentías.
  • Destrucción de hábitat para el desarrollo costero.

Cambio en la circulación de aguas costeras por intervenciones poco estudiadas. Salinización  de aguas subterráneas por exceso de extracción para consumo humano. Estos impactos son evidentes en muchos lugares de nuestra isla.

El desarrollo de diferentes especies, cada una ocupando un nicho ecológico especializado, llega a formar diferentes ecosistemas, cada uno con características y  funciones distintas pero de gran importancia para el medio ambiente y el bienestar de las poblaciones que los habitan.

En estos ecosistema encontramos 141 lagunas costeras, 19 estuarios, 17 regiones arrecifes, más de 20 áreas con ecosistema de mangles, 192 playas de arena y 25 áreas de dunas.

Gracias a varios organismos marinos, principalmente corales y algas calcáreas, que tienen la capacidad de producir material calizo usando la sal disuelta ene l agua de mar, se ha dado origen al suelo calizo que se encuentra en gran parte de nuestra isla, y de mucha importancia para la industria de la construcción.

Los ecosistemas costeros y marino de nuestra isla son el hábitat para más  de 1,500 especies marinas distribuidas  a lo largo 1,668 kilómetros de costas e islas adyacentes.

Este material calizo de tanta importancia, también lo vemos depositado en nuestras cosas en forma de hermosas playas de arena blanca, que son el principal motivo de la alta visitación de turistas antes mencionada.

Las playas representan un ecosistema costero muy dinámico y alta complejidad. En constante movimiento por las olas y mareas, las arenas vienen y van de un lado a otro sin que podamos incluso percibirlo. Unas de las formaciones de arena  más importantes de las playas es la duna, cubierta de vegetación, que es donde se deposita o almacena la arena, la cual soporta los grandes movimientos de arena que se dan diariamente; sin la duna la arena sencillamente se va y no vuelve.

También en la costa, nos encontramos los manglares, que se caracterizan por la presencia de cuatro especies de plantas con la particularidad de que resisten la exposición a la sal del mar. Estos ocupan espacios bien determinados en la zona costera: el mangle blanco o botón, luego el gris, el negro y finalmente el rojo, con sus peculiares raíces en forma de zancos que entran al agua.

Los manglares, que con sus elaboradas formas son el refugio perfecto para miles de individuos juveniles de casi todas las especies costeras y marinas, también sirven de amortiguamiento contra las marejadas y tormentas e incluso los destructores maremotos.

Al igual que los manglares, las raíces de las hierbas marinas tienen una gran importancia para la costa, ya que estabilizan las arenas y evitan la perdida de las mismas con las corrientes y el oleaje.

Aunque no podemos ver claramente debajo de la superficie del mar, en los fondos marinos conviven también otros ecosistemas de importancia vital en el desarrollo de la vida sobre la isla.

Después de la playa o el manglar, nos encontramos con las praderas de hierbas marinas, comúnmente catalogadas por los bañistas como zonas indeseables; estos ecosistemas sirven de refugio a miles de individuos juveniles, que van pasado en transición desde las raíces del mangle rojo, a través de las hierbas marinas y luego al arrecife.

Más allá de las praderas de hierbas marinas, encontramos los majestuosos arrecifes de coral. En terminos ecológicos, estos son muchas veces comparados con los bosques húmedos tropicales. Sirven de rompeolas natural protegiendo las playas contra la erosión y oleaje, y sirven de refugio para miles de otras especies marinas.

A través de estudios científicos se ha podido calcular que los arrecifes de coral sirven de refugio a más de 4, 000 especies de peces, 700 especies de coral, y miles de otras formas de vida.

Hasta estos momentos se ha colectado una gran cantidad de información acerca de los factores que afectan los ecosistemas costeros y marinos. Sin embargo, nos encontramos muy lejos de entender a cabalidad la multitud de procesos que ocurren en estos ecosistemas y cómo éstos interactúan para producir lo que vemos hoy en día.

Esta naturaleza compleja ha dado como resultado, que la explotación de los recursos tenga consecuencias que van en perjuicio de nosotros mismos, creando un desbalance a lo que vez funcionó en armonía.

RG

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