En búsqueda incesante de los desaparecidos por la explosión en San Cristóbal
Las familias visitan la mayoría de centros hospitalarios y clínicas sin obtener respuesta alguna sobre el paradero de sus parientes.
Al día siguiente, en la apacible provincia de San Cristóbal, la mañana soleada estaba aún oscurecida por los restos de una explosión devastadora.
A primera vista todavía había humo, mientras los habitantes atónitos observaban los escombros. Pero lo que resultaba aún más aterrador era la desaparición de varios residentes, que parecían haberse esfumado debajo del caos.
Al llegar al Hospital Regional Docente Juan Pablo Pina, familias enteras buscaban desesperadamente a sus seres queridos, mientras las autoridades luchaban por encontrar sus respuestas en medio de los escombros.
La tristeza y la angustia estaban instalados en San Cristóbal. Los rostros preocupados de los habitantes reflejaban la necesidad de respuestas y la esperanza de encontrar a sus seres queridos con vida.
EL BEBÉ DE MARIELA ROSARIO LA ESPERA; FAMILIARES SE AFERRAN A SU FOTOGRAFÍA
Mariela Rosario llegó a Casa Toledo (Colchonera) un poco después de las 11:00 de la mañana. Así comienza la narración su madre Josefina Nova.
Con los ojos hinchados de tanto llorar, dijo que su hija primero llevó a su bebé de un año de nacido al pediatra para una consulta, y posteriormente, se trasladó a su trabajo como lo habitual.
Mariela, de 24 años, es del área de ventas en el negocio, lleva tres años laborando allí y es estudiante universitaria.
La tía de Mariela dijo que anduvieron en la mayoría de centros hospitalarios y clínicas sin obtener respuesta alguna sobre su paradero y pidió a las autoridades, mostrando su foto que aparezca.
El joven “Tico” es panadero. El local donde labora quedaba en la misma acera que la “Colchonera”.
“Ayúdame, mi hijo no aparece y del hospital no me dicen nada”, fueron las palabras de la madre del joven de 17 años, Rosaura Cruz.
Aunque él vive con su padre y no en Cambita junto a ella, fue la primera en enterarse de que en el momento de la explosión su hijo estaba por la zona. Rosaura recibió una llamada telefónica de una vecina quien le contó lo sucedido.
LOS FAMILIARES DE KARINA HEREDIA PÉREZ AMANECIERON ESPERANDO RESPUESTA SOBRE ELLA.
Karina estaba trabajando en en Casa Toledo. La mujer de 29 años es contadora en el negocio. Con la esperanza de encontrarla con vida, amanecieron frente al hospital para esperar que los médicos dieran información sus familiares.
En silencio y con la mirada perdida se recostaban unos con otros, sin querer decir mayores palabras a reporteros de LISTÍN DIARIO.